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Ya habia sido estrenada en Diciembre de 1971 en los EEUU esta adaptación de la novela de Anthony Burgess fue clasificada X por las autoridades americanas.
En enero del año siguiente, la cinta tuvo su estreno comercial en Inglaterra, donde fue retirada de los circuitos posteriormente por el propio Kubrick, acusado, no sin virulencia, de instigar a la violencia a la juventud británica.
Pasaron un par de años y en plena decadencia del regimen tuvo lugar el estreno español de la Naranja Mecanica,organizada en la edición de la Semana Internacional de Cine (Seminci) de Valladolid de 1975,bajo la batuta del entonces director del certamen, Carmelo Romero que recuerda el calvario que pasó con este estreno.
Semejante episodio es digno de recordar.
Romero vio la película por primera vez en 1972 en Montreal "e inmediatamente quedé conquistado por su energía". Pero no imaginaba que el mismo título llegaría a sus manos poco después: "Por entonces era normal que la Dirección General de Cine del Ministerio pactara con las distribuidoras la exhibición especial en festivales de películas problemáticas; se trataba de probar, de ver la reacción de la gente, y a partir de ahí autorizar su distribución o no. En el caso de Jesucristo Superstar, que también estrenamos en la Seminci, anunciamos el pase para un sábado y el viernes antes se reunió el Consejo de Ministros con Franco para estudiar si intervenían.
Mientras, la gente rezaba en el cine donde se iba a proyectar de rodillas, exigiendo su prohibición, sin saber que poco después la pondrían en todas las catequesis de España.
Cuando la Warner me ofreció La naranja mecánica, acepté de inmediato. Quería presentar aquí esa película".
El proceso siguió al principio su orden natural.
El periplo del estreno lo cuenta el propio Romero,que recibió la copia con tiempo suficiente para preparar las sesiones previstas para abril.
La productora Warner,dueña de los derechos de distribuccion del film,la reclamó haciendo creer que ivan a reemplazarla por una copia mucha mejor calidad.
"Yo la devolví, a pesar de que un amigo del Ministerio me había advertido de que no lo hiciera", apunta Romero. "Pasaron los días y la segunda copia no llegaba. Hasta que descubrí lo que ocurría. El mismo Kubrick se enteró de nuestra intención de proyectarla y tal vez Valladolid no le pareció el lugar idóneo; lo cierto es que mandó a la Warner secuestrar la cinta.Y así lo hicieron".
Parecia que el estreno no llegaria a buen puerto asi que se optó por buscar una estrategia particular.
Se llegó a un acuerdo con el propio Kubrick en persona para que dejara proyectar la peli.Se tubo que recurrir a un contacto para negociar el prestamo de la cinta.
"Escribí una carta para que la llevara mi amigo en la que aseguraba a Kubrick que La naranja mecánica se proyectaría en la Universidad, lo que al parecer sí era de su agrado, y con las condiciones de imagen y sonido que él considerara oportunas.
Mentimos como bellacos, pero al final accedió, a cambio de una serie detallada de instrucciones que, claro, no cumplimos".
Devolvieron la cinta y se organizaron dos proyecciones en dos cines comerciales de la capital: el Coca y el Carrión.Provocaron la expectación de los estudiantes universitarios de Valladolid, Madrid y otras ciudades españolas, que guardaron largas colas frente a las taquillas para hacerse con unas entradas.
El resultado fue una masiva asistencia con presencia policial para evitar la sublevación de alguno de los estudiantes y de la gente que se quedó sin entrada y que por lo tanto no pudieron presenciar este evento internacional.
"Tuve que dedicar la primera completa a los abonados, lo que me granjeó algunos enemigos. En la segunda, la del Carrión, me dejaron sacar entradas a la venta". Pero aún no todo estaba dicho: "Nada más abrirse la taquilla me llamaron. Me dijeron que no quedaban localidades y que tenía que ir al instante. Fui y hablé con la taquillera. Ella me dijo que el propietario del cine, Don Emilio, había repartido todas las entradas entre sus amigos. Yo amenacé con denunciarlo. Al final logré poner a la venta bastantes butacas. Pero algunos que llevaban haciendo cola 24 horas no pudieron entrar".
En mitad de la proyeccion entró un policia preguntando por el Director de la Seminci,Romero,y dijo que había un aviso de bomba y que había que detener la proyección y evacuar a la gente. Pero después de todo lo que se habia conseguido,de la expectación y del barullo que se habia provocado durante la semana decidió que la cosa seguiria pasase lo que pasase.
El 74 no era un buen año precisamente para bromear con bombas.
En 1975, La naranja mecánica llegó a las salas de cine independiente en versión original.
Y en el 78 se estrenó doblada. El resto ya lo conocemos.
La Naranja Mecánica se ha convertido en un clásico y sembró escuela para el cine actual.
Todo esto es un ejemplo de la influencia social del cine,desbornando lo puramente artistico y tocando a los sectores politicos y morales de la actualidad.
El Cinema Coca se convirtió en la sede del certamen, aunque también había proyecciones en los Teatros Carrión y Valladolid. Y fue allí, en 1975, cuando 'La naranja mecánica', que se proyectó en la sesión de clausura, acaparó la atención de la 20 edición. Las colas para ver el filme de Kubrick fueron antológicas.
Fuentes:
http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/892918/mis/queridosdrugos.html
http://canales.elnortedecastilla.es/canales_provinciales/php2/web/portal/valladolid/sitios/seminci05/noticias/seminci_01/suscr/noticiasup06.html
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