Esta mañana la haré compañía.Mientras espero me posaré sobre este otro banco morado y con un poco de suerte no me tomarán por parte del mobiliario urbano,como a usted.
Lleva decenas de años ahí sentada,callada, sin quejarse,pese a que haya sido fruto de risas, de humillaciones,de casetas de ferias humeantes,de multitud de fotos y de actuaciones irreverentes de jovenes de marcha por las noches pucelanas.Siempre quieta y sin quejarse Doña Rosa.Lo que sus bronceados ojos de metal han podido ver y soportar.
Me pregunto si alguna vez,con los años,se la ha ocurrido ponerse de pie y dar un paseo por la ciudad.A estas horas la ciudad bosteza y empieza a olvidar la pereza poco a poco entre camiones y furgonetas y niños que van al cole.A las nueve de la mañana la ciudad parece otra,sobrecogida por los gallos digitales que despiertan al personal para recordarles que aun queda mucho para el fin de semana y que levantar este aciago pais.
Pero desde su banco morado pocas cosas puede ver Doña Rosa.Gente que pasa,alguno que la mira de reojo, algún niño quizás hasta piense jugar con Usted. Bares que abren de día, y otros ruidosos de noche.Pero tu siempre hay de día y de noche.Con los ojos guardianes mirando siempre a la misma puerta y a la misma valla que se sube y que baja todos los días.Una de esas puertas por donde continuamente pasa gente,una tras otra.Gente de todos los rincones de la ciudad,de todos los colores y de todas las razas.Un micro universo tras una valla,que despeja una cruel rutina.Todos los días se forman colas y usted ahí impertérrita observando,tomando notas para una quizás futura obra.Gente anónima de la que usted imagina vidas y dramas personales.Una vida novelada por persona y llenaríamos de tragicomedias las estanterías de la Biblioteca de San Nicolas.
Usted siempre portando una flor,una rosa como usted,Doña Rosa.Una flor de ofrenda,de apoyo y de animo para todos los valientes que se aventuran a cruzarla.No quedarían rosas en toda la ciudad si hubiera dado una a cada persona que cruza esta puerta.Quiza por eso la suya sea de metal,fuerte y eterna para dar valor a todos y a todas las generaciones futuras,pasadas y presentes.
Pues si Doña Rosa,la vida no esta bien como ha podido ver.Pese a estar en pleno centro de la ciudad usted tiene una de las peores vistas urbanas posibles. Rogaría al Ayuntamiento un cambio inmediato de sitio, quizás en el Poniente con Jorge Guillen y sus barquitos, o en la desnuda y reformada Plaza San Miguel.Antes de que de sus apagados ojos broten lagrimas por el hoy...y por el mañana.
Todo menos estar mirando eternamente a la puerta de Mi Oficina del INEM.
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