
Este joven puente, de pequeña embergadura, se encuentra agazapado entre los árboles que pueblan el Parque Ribera de Castilla.
Oculto entre las sombras y a muy poca distancia de ese puente nuevo del que ya hablamos por aquí.
El puentecito que comentamos ahora se encuentra es una zona privilegiada, poco concurrida por los paseantes, justo detrás de un edificio del CHD y de la piscina natural que hay justo en la desembocadura del Esgueva.
Es un puente sencillo, que por algún motivo singular me ha parecido que tuviera un hermano mayor un poco más lejos, pero siguiendo el cauce del río al que dan cobijo.
Me gustó el sitio por ser tranquilo, con buenas vistas y el sonido del río y de los pájaros y patos y que andan por estas zonas . Culmen de un largo paseo y buen lugar donde dejar descansar las agotadas piernas del caminante.
Y no me quería poner bucólico.
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