Algo así debía de ser el ambientillo que habria alrededor de estos kioskos.
Hoy en nuestra ciudad quedan muy pocos.Y allá hasta donde me llega la memoria...uno en el Campo Grande. El de la Pérgola claro, y este otro que os traigo hoy aquí y que descubrí hace poco tiempo.
Mercadillos, conciertos de artistas de segunda, recitales de danzas populares y zona obligada para algunas competiciones del barrio.
De diario es zona de paso y de recreo para los chicos y chicas que estudian en los colegios que lo rodean.
Y como no, la oscuridad, la tranquilidad de sus aledaños y su aspecto de teatro cerrado, le otorga la característica idónea para ultrajar la noche con vasos llenos de garrafón.
Recuerde lo que recuerde, tener un templete así en la ciudad, nos da la esperanza para pensar que todavía queda un pequeño hueco para la música en Valladolid ,para que con un poco de suerte se recupere el esplendor de los templetes de antaño.
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