El león de la Catedral

Esta ilustración pertenece a Juan Carlos Urueña.

Portada de "La Buena moza" de Miguel Angel Galguera.

En Mayo de 1841 en lo que parecía un día normal en la vida los Vallisoletanos del siglo XIX, una de las torres de la Catedral cedió, derrumbándose casi por completo.
En su caída se llevó por delante alguna capilla, campanas, bóvedas, escaleras, balaustradas y cornisas.Además que bloqueó durante unos días el curso del Esgueva que por aquel entonces pasaba por las inmediaciones de la Catedral.
En este derrumbe también desapareció un antiguo rollo, hoy desconocido, conocido como el "León de la Catedral" y del que no se ha recuperado ningún vestigio. 










El Rey Don Ordoño II de León, conquistó a los moros esta villa en 920 después de un reñido combate y para perpetuar su memoria mandó levantar en el mismo campo de batalla un pilar de piedra coronado con un león y un rey moro a sus pies. Se levantó para conmemorar la victoria de los cristianos sobre el moro Olid.

Le acompañaba una inscripción, causante de la eterna conjetura del origen del nombre de esta ilustre ciudad.  “Ulit oppidi conditor”, Ulit fundador de este lugar. 
Es decir,Valladolid, el Valle de Olid el moro.

En un principio este rollo se situó en la  en la Plaza de Santa María frente a la antigua Colegiata. 



















Desde 1158 sirvió para vocear pregones, para escarmiento público, ajusticiamientos ,castigos de penas menores de los delincuentes comunes, que tras ser azotados, eran expuestos en este rollo a pública vergüenza.Los Jueces ordinarios ordenaban publicar sus autos en este rollo, como se cuenta en expedientes  de 1626, y allí también se exponían a vergüenza publica a mujeres condenadas por alcahuetería, donde el pueblo las maltrataba inhumanamente.

Este rollo se trasladó desde la plaza de Santa María al atrio de la Catedral, cuando ya se dió por terminada su edificación.Y alguna calle de las inmediaciones de este rollo, empezó  a tomar el nombre de la Calle del León de la Catedral.

Que por cierto, esta zona de la Catedral fue considerada como una zona privilegiada para que los chavales jugaran a la pelota, por que tenían todo el muro de la catedral para disfrutar como si fuera un frontón.

Fuente:
La buena moza.